Hoy hace un mes exactamente pasó esto, dije que la ultima entrada de estas cronicas tenia que escribirlas pasadas un mes despues de que sucediera.
Pasaron los dias, no fueron dias felices, ni tristes, eran...vacios.
Todo era mas facil antes...estupida, creaste algo que no podia controlar, encerré eso que cambiaste y a ti con el.
Estupida...
Sali de ese portal, ese portal en el que habia pasado tantos minutos esperando por algo imposible. Absurdo, todo era vacio, ni siquiera estaba llorando, ¿tenia motivos?, creo que si...pero segui caminando y casi sin darme cuenta estaba llamando a "Cinco". Le conté lo sucedido pero... ¿por qué? ¿Por que la llamo? Pense mientras hablaba. La conversacion fue tan vacia...
Todo vacio...
-Maldición - dije cuando colgué.
Volví a casa casi sin darme cuenta.
-No voy a comer - dije mientras me quitaba las zapatillas.
-¿Y eso por que? Vamos a ver - Mi padre me miró, levante la cabeza - Vale.
Y siguió haciendo la ensalada para comer. A los dias me dijo que le di miedo, que ni siquiera me veia y decidio dejarme tranquilo. Es la segunda vez que alguien ve esos ojos y la misma reacción..yo tambien quiero verlos..
Me fui a mi cuarto, cerre la puerte y me desplome en la cama. Ni siquiera recuerdo que eso hubiera pasado pero...imagino que fue asi.
Me encontré directamente ante la puerta de la carcel, habia demasiada gente alli, sombras, siluetas y S.
Ignore todo, mire la puerta, era inmensa, mucho mas inmensa de que recordaba que era y sentí una tremenda carga, me senté, agotado y jadeando.
S puso sus manos en mi espalda.
- Ya hay dos - Dijo sonriendo.
No era un sonrisa de alegria ni de pena, tampoco era forzada, era una sonrisa empatica.
-Tu...no puedes llorar ¿verdad?. - Pregunté.
Siguio sonriendo. Y entendí todo.
-Estupida...
Una de las siluetas tembló y se apartó de la cerradura que custodiaba. La llave estaba puesta. Que llave más pequeña pensé.
Miré la otra silueta, estaba poniendo la otra llave en su cerradura.
La mire con pena y odio.
-No es culpa suya - dijo S. - No puedes achacarle lo que esta haciendo. Ni siquiera sabe lo que esta haciendo.
Terminó de meter la llave y sono un clack. La sombra desaparecio y toda la sala se oscurecio.
-Ese era...
-Si- susurro S. - Se fue...
Ya no habia guardian y solo quedaba una cerradura. Solo había una tenue luz en la sala y todo lo demas era...oscuridad.
-¿Queda alguien mas...?
-Si... - Respondio temblando S.
-Haz que desaparezca. Se acabo.
Me levante y mire la puerta y la cerradura restante, y una llave apareció en mi mano.
-¿Estas seguro de esto? - S. dió un paso atras.
-Se acabó, estoy cansado, estupidos humanos, egoistas, demasiado fragiles, estoy cansado.
Meti la llave en la cerradura y la giré pero la puerta no se abrio.
-Lo siento - Susurro S. - realmente lo siento. No pudé...ayudarte.
-No era lo que necesitaba...es todo - Mi voz sonaba mas segura pero temblorosa.
La puerta se abrio y todo lo que habia dentro salió, sin compasión, sin freno y me abrazó.
No fue una sensacion desagrable, pero tampoco buena, solo...vacío.
Clack.
-Humanos...¿quien coño os pensais que soy? No os atrevais a subestimarme.
Me levante de la cama, no sentia odio, tampoco pena, no sentia nada. Abri la puerta de mi cuarto, mi padre me miro pero yo a el no. Tenia que salir de alli. Era instinto mas que necesidad. Me lie un cigarro y me fui a mi terraza, hacia un viento impresionante, el pelo verde describia formas que ni el escritor mas destacado podría describir. Me sente en el poyete con los pies mirando al suelo, 9 pisos no son nada, pensé, no sentia vertigo ni miedo. Saque el mechero y encendí el cigarro. Mire al cielo y luego mire como pasaban los humanos bajo mis pies. Sonreí.
Bienvenido.
Discusiones De Almohada
Pues... me cuesta expresarme verbalmente... así que mejor las dejo escritas
sábado, 13 de junio de 2015
viernes, 17 de abril de 2015
Crónicas de Skyline. Prt 4.2.
Sali de alli, era curioso, o no tanto, estaba rodeado pero parecia estar solo. Esa sensación horrible que se manifiesta de vez en cuando. Emprendi el camino a casa, no estaba demasiado lejos pero decidi ponerme musica en el movil, vaya novedad. Para acallar los pensamientos es mejor llenar la cabeza de estupideces pero el destino fue cruel una vez mas y sono esa cancion 2-4-0-4-2. Cuando llegue a casa ni me habia dado cuenta del camino que habia hecho. Entendí que era hora. Me tumbe en la cama y deje que todo fluyera.
Me encontre delante de una puerta inmensa, era preciosa, con grabados muy pulidos de madera y metal. Entonces sentí una presencia, y se manifesto. Era aquel gigante magullado y lleno de cicatrices mal curadas. Me mirosin verme y se puso delante de la puerta y se sentó.
-Te veo bien - Mentí intentando cortar el hielo y empecé a sentirme incomodo.
El gigante me seguia mirando, se veia tan pequeño y debil, no habia restos de esa fuerza y vigor que tenia cuando lo vi por primera vez. Me acerqué a su brazo derecho e intente tocarlo, no era mucho mas grande que yo ya, el gigante me siguio con la mirada y justo antes de tocarlo desapareció y la puerta se abrio.
S. estaba esperando en la sala, ocupando mi sillon mientras el fuego palpitaba muy levemente sin producir apenas calor.
-Cuanto tiempo - Dijo cortante.
No me miró, me acorde de sus ultimas palabras y me sente delante del sillon apoyando mi espalda contra el y mire el fuego. Era patetico, esa llama habia llegado a dar mucho calor y ahora parecia tan debil...
-Ya - Respondi - He estado ocupado...ya sabes.
-Ya...lo se. ¿Lo has visto?
-Sabes lo que he visto, sobra la pregunta.
-¿Lo has visto? - Volvio a repetir.
-Si...
-¿Que piensas? - Su tono era mas cariñoso esta vez. S. entendia mis sentimientos y actuó en consecuencia. Puso sus manos sobre mi cabeza empezó a acariciarla.
Era un tacto suave, cada dedo sabia donde debia estar, que capilar tocar, que zona acariciar.
-Duele...
-Lo se... vamos a dar un paseo. Apagaré las luces, confia en mi.
-Siempre confio en ti - Respondí.
S. sonrió, pero no era una sonrisa con una amago de reir, no era una sonrisa amable, reconocia esa sonrisa, esa ironia tras los labios queriendo decir... Ya, claro.
Las luces se apagaron y el fuego dejo de palpitar, todo se encontraba en la mas absoluta oscuridad y me puse a andar, no necesitaba ver nada, el camino estaba ahi, lo sabia.
Al cabo de unos minutos se rompió el silencio.
-Nunca debieron de haber luchado., Skyline no es lo mismo ahora sin ellos.
-Siguen los dos. - Respondí, pero sabia que tras esa afirmacion no habia mas que miedo.
-No queda apenas nada de los dos y lo sabes. Lo estas sintiendo, a cada momento, en cada paso, ¿No odiabas esa sensacion? Por eso los creamos. El que queda no puede hacer nada. Puede ser muy bueno...pero ahora mismo no es el caso. Necesitas a ambos por separado o Skyline desaparecera. No estaban ahi por gusto. Fuiste egoista contigo mismo.
Cada palabra era una puñalada tras otra, ya sabia todo eso, pero que me lo recordara
tan exaustivamente era doloroso.
No respondí y segui caminando, pronto me encontre frente a esa puerta que habia decidido dejar atras hace tanto tiempo.
S. volvio a romper el silencio.
- Solo queda una de las tres llaves aparte de la tuya, ¿que crees que pasara cuando solo quedes tu? La segunda llave cada vez flaquea más, no parece querer estar aquí.
-Estoy intentando arreglarlo...
-La primera llave ya dejo claro que queria que se abriera la puerta, pero ambos sabemos que eso nos destruirá...al menos a mi.
¿Y que hago...me siento impotente? -Dije entre temblores. - No...no quiero que eso pase.
Todo se desvaneció y volvi a ver el techo de mi cuarto, estupido gotelé. Estupidos todos. Estupido...
Me senté frente al ordenador.
-Yo tampoco. -Dijo S.
Aparte el teclado y me heche sobre la mesa sin ganas de nada, escondi la cabeza entre mis brazos y dejé que reinara el silencio. Solo se escuchaba en ventilador del ordenador y los debiles latidos de mi corazon en mi cabeza.
-Estupido... -Repeti.
Continuara...
Me encontre delante de una puerta inmensa, era preciosa, con grabados muy pulidos de madera y metal. Entonces sentí una presencia, y se manifesto. Era aquel gigante magullado y lleno de cicatrices mal curadas. Me mirosin verme y se puso delante de la puerta y se sentó.
-Te veo bien - Mentí intentando cortar el hielo y empecé a sentirme incomodo.
El gigante me seguia mirando, se veia tan pequeño y debil, no habia restos de esa fuerza y vigor que tenia cuando lo vi por primera vez. Me acerqué a su brazo derecho e intente tocarlo, no era mucho mas grande que yo ya, el gigante me siguio con la mirada y justo antes de tocarlo desapareció y la puerta se abrio.
S. estaba esperando en la sala, ocupando mi sillon mientras el fuego palpitaba muy levemente sin producir apenas calor.
-Cuanto tiempo - Dijo cortante.
No me miró, me acorde de sus ultimas palabras y me sente delante del sillon apoyando mi espalda contra el y mire el fuego. Era patetico, esa llama habia llegado a dar mucho calor y ahora parecia tan debil...
-Ya - Respondi - He estado ocupado...ya sabes.
-Ya...lo se. ¿Lo has visto?
-Sabes lo que he visto, sobra la pregunta.
-¿Lo has visto? - Volvio a repetir.
-Si...
-¿Que piensas? - Su tono era mas cariñoso esta vez. S. entendia mis sentimientos y actuó en consecuencia. Puso sus manos sobre mi cabeza empezó a acariciarla.
Era un tacto suave, cada dedo sabia donde debia estar, que capilar tocar, que zona acariciar.
-Duele...
-Lo se... vamos a dar un paseo. Apagaré las luces, confia en mi.
-Siempre confio en ti - Respondí.
S. sonrió, pero no era una sonrisa con una amago de reir, no era una sonrisa amable, reconocia esa sonrisa, esa ironia tras los labios queriendo decir... Ya, claro.
Las luces se apagaron y el fuego dejo de palpitar, todo se encontraba en la mas absoluta oscuridad y me puse a andar, no necesitaba ver nada, el camino estaba ahi, lo sabia.
Al cabo de unos minutos se rompió el silencio.
-Nunca debieron de haber luchado., Skyline no es lo mismo ahora sin ellos.
-Siguen los dos. - Respondí, pero sabia que tras esa afirmacion no habia mas que miedo.
-No queda apenas nada de los dos y lo sabes. Lo estas sintiendo, a cada momento, en cada paso, ¿No odiabas esa sensacion? Por eso los creamos. El que queda no puede hacer nada. Puede ser muy bueno...pero ahora mismo no es el caso. Necesitas a ambos por separado o Skyline desaparecera. No estaban ahi por gusto. Fuiste egoista contigo mismo.
Cada palabra era una puñalada tras otra, ya sabia todo eso, pero que me lo recordara
tan exaustivamente era doloroso.
No respondí y segui caminando, pronto me encontre frente a esa puerta que habia decidido dejar atras hace tanto tiempo.
S. volvio a romper el silencio.
- Solo queda una de las tres llaves aparte de la tuya, ¿que crees que pasara cuando solo quedes tu? La segunda llave cada vez flaquea más, no parece querer estar aquí.
-Estoy intentando arreglarlo...
-La primera llave ya dejo claro que queria que se abriera la puerta, pero ambos sabemos que eso nos destruirá...al menos a mi.
¿Y que hago...me siento impotente? -Dije entre temblores. - No...no quiero que eso pase.
Todo se desvaneció y volvi a ver el techo de mi cuarto, estupido gotelé. Estupidos todos. Estupido...
Me senté frente al ordenador.
-Yo tampoco. -Dijo S.
Aparte el teclado y me heche sobre la mesa sin ganas de nada, escondi la cabeza entre mis brazos y dejé que reinara el silencio. Solo se escuchaba en ventilador del ordenador y los debiles latidos de mi corazon en mi cabeza.
-Estupido... -Repeti.
Continuara...
martes, 29 de julio de 2014
Algunas personas parecen diferentes, otras personas son diferentes.
Si algo tiene el silencio es que los pensamientos tienen mas lugar en nuestra cabeza, me da por pensar, ¿para que hemos venido a la vida?. La respuesta de muchos por no decir de casi todos sería algo así como: "Yo quiero ser feliz". Es curioso pero la mayoría de las personas que dicen eso simplemente no son felices. Porque, ¿que es la felicidad?.
No hay una respuesta universal para eso, a cada uno le hace feliz una u otra cosa, algunos basan su felicidad en un objetivo en la vida, "yo quiero casarme y tener hijos y una casa" o "yo quiero ejercer de esto que estoy estudiando, y cuando tenga ese trabajo, seré feliz". Es gracioso, yo era uno de tantos de esos ilusos que pensaban eso. Muchos pensaran que mi vida ha sido un continuo trayecto de decepciones y decisiones erróneas, de haber perdido el tiempo cuando "es lo mas valioso que tenemos". Hay gente que se dedican a esperar ese anhelo que tienen, por ejemplo: "yo quiero casarme y que mi pareja me cuide y me quiera y blablabla" y exigen y exigen cosas a los demás cosas que a ellos mismos ni se exigen, no puedes querer a alguien si primero no te quieres a ti mismo. No puedes esperar triunfar en un proyecto si no te esfuerzas día tras día por el y como este ejemplo hay mil. La vida no espera ni te va a regalar nada. Eso es así.
Pero volviendo al tema del sentido de la vida, estoy de acuerdo en que es ser feliz, pero..¿basar tu felicidad en un trabajo?,¿en un objetivo?. No, a mi modo de ver, eso no es mas que una excusa para posponer la felicidad. He visto a personas que "no han triunfado en la vida" sonreír como no veo a nadie. Yo veo nobleza en volver en autobús a casa tras un día duro de trabajo y ser capaz de sacarle una sonrisa a tu mujer, o en esos padres que después de toda la jornada y están cansados y son capaces de sacar tiempo para sus hijos. Eso es lo que admiro y lo que respeto. La felicidad no es una meta, la felicidad es un camino.
He tenido mucho tiempo para pensar y decidir como vivir, no quiero vivir para ser feliz, quiero ser feliz para poder vivir. A mi me hacen feliz los pequeños gestos, un beso en la mejilla a tiempo, un abrazo, mirar al cielo una noche estrellada, cerrar los ojos mientras suena esa canción que tanto me gusta, imaginar mi mundo de fantasía, me hace feliz que me reconozcan algo por lo que me he esforzado, me gusta que se acuerden de mi y la sensación de meter un mate en una canasta. Me encanta sentarme frente al ordenador y tirarme horas escribiendo. Se que esto no lo va a leer casi nadie, que a nadie le interesara. Muchos dirán que mis pensamientos son perfectos para un niño de 5 a 12 años. Pues que queréis que os diga, muchos adultos... deberían aprender de los niños a ser felices.
No hay una respuesta universal para eso, a cada uno le hace feliz una u otra cosa, algunos basan su felicidad en un objetivo en la vida, "yo quiero casarme y tener hijos y una casa" o "yo quiero ejercer de esto que estoy estudiando, y cuando tenga ese trabajo, seré feliz". Es gracioso, yo era uno de tantos de esos ilusos que pensaban eso. Muchos pensaran que mi vida ha sido un continuo trayecto de decepciones y decisiones erróneas, de haber perdido el tiempo cuando "es lo mas valioso que tenemos". Hay gente que se dedican a esperar ese anhelo que tienen, por ejemplo: "yo quiero casarme y que mi pareja me cuide y me quiera y blablabla" y exigen y exigen cosas a los demás cosas que a ellos mismos ni se exigen, no puedes querer a alguien si primero no te quieres a ti mismo. No puedes esperar triunfar en un proyecto si no te esfuerzas día tras día por el y como este ejemplo hay mil. La vida no espera ni te va a regalar nada. Eso es así.
Pero volviendo al tema del sentido de la vida, estoy de acuerdo en que es ser feliz, pero..¿basar tu felicidad en un trabajo?,¿en un objetivo?. No, a mi modo de ver, eso no es mas que una excusa para posponer la felicidad. He visto a personas que "no han triunfado en la vida" sonreír como no veo a nadie. Yo veo nobleza en volver en autobús a casa tras un día duro de trabajo y ser capaz de sacarle una sonrisa a tu mujer, o en esos padres que después de toda la jornada y están cansados y son capaces de sacar tiempo para sus hijos. Eso es lo que admiro y lo que respeto. La felicidad no es una meta, la felicidad es un camino.
He tenido mucho tiempo para pensar y decidir como vivir, no quiero vivir para ser feliz, quiero ser feliz para poder vivir. A mi me hacen feliz los pequeños gestos, un beso en la mejilla a tiempo, un abrazo, mirar al cielo una noche estrellada, cerrar los ojos mientras suena esa canción que tanto me gusta, imaginar mi mundo de fantasía, me hace feliz que me reconozcan algo por lo que me he esforzado, me gusta que se acuerden de mi y la sensación de meter un mate en una canasta. Me encanta sentarme frente al ordenador y tirarme horas escribiendo. Se que esto no lo va a leer casi nadie, que a nadie le interesara. Muchos dirán que mis pensamientos son perfectos para un niño de 5 a 12 años. Pues que queréis que os diga, muchos adultos... deberían aprender de los niños a ser felices.
sábado, 24 de mayo de 2014
Crónicas de Skyline. Prt 4.1.
-¿Cómo estás? - La voz sonaba lejana, como desde ultratumba.
-Déjame, estoy estudiando, no tengo casi tiempo como para preocuparme por eso ahora.
Se hizo un silencio incomodo, mire alrededor, y quedé cuanto menos sorprendido. No estaba en Skyline, estaba en mi escritorio, sonaba Promise-Reprise en los altavoces y el tic tac del reloj de pulsera colgado del mueble era la ultima prueba irrefutable de que seguía aquí. No quería volver a Skyline, no después de la ultima visita.
2-4-0-2-4 La canción es sublime y todas las notas en forma de tablatura iban apareciendo en mi cabeza. Tarde mucho en aprendérmela - pensé mientras sonreía - quizás debería dedicarle mas tiempo a las cosas que me hacen sonreír.
Cerré los apuntes y me quede mirando al vacío, sin lugar a dudas había sido la voz de S, pero eso no tenia sentido.
Me levante y me acerque a por la guitarra eléctrica con el fin de evadirme un poco y tocar tan maravillosa canción. Pase frente al espejo que hay en la puerta de mi armario, giré la cabeza con el fin de mirarme un poco las ojeras, era tarde y llevaba estudiando horas, mi aspecto debía ser cuanto menos encantador. No encontré ojeras, tampoco mi nariz, mis labios o mis ojos, ninguno de mis rasgos faciales se asemejaba al reflejo del espejo. Me quedé observando durante unos instantes mas el espejo hasta que me di cuenta.
-S... - Dije refiriéndome al reflejo del espejo - Espera, debo estar soñando o algo.
El reflejo se movió y una voz sonó en mi cabeza.
-Creo que tenemos un problema, deberías venir y ver lo que está ocurriendo.
-No es tan fácil, no puedo ir siempre que quiero.
-Eso no es un problema para mi.
El viaje fue fugaz y un tanto violento, S estaba tan ansioso como nervioso, sus actos hablaban por el.
Abrí los ojos y estaba en la sala que deje la ultima vez que deambulé por Skyline. La sala estaba destrozada y no se veía nada mas que columnas esparcidas por el suelo.
-¿Porque me has traído? No lo entie -S me interrumpió.
-Fíjate bien - me dijo girando un poco la cabeza.
Al final de la sala un gigante yacía apoyado en la pared, su palpitación era entrecortada y su aspecto era la viva figura de la podredumbre. Sin embargo aunque estaba magullado por todos lados se notaba su resistencia.
-¿Quien es? No lo recuerdo, ni siquiera creo haberlo visto ant...
Antes de que acabara la frase el gigante acerco su brazo derecho a mi, conforme llegaba intente ponerme en guardia pero mi cuerpo no respondía como yo quería.
La mano del gigante me rozó con suavidad mi hombro y las manos se me fueron irremediablemente al pecho, se me había encogido el corazón y resultaba desconsolador.
La mano izquierda del gigante repitió el proceso y cuando rozo mi otro hombro un escalofrió me recorrió el cuerpo y me empezó a doler la cabeza, y tras una presión enorme en ambos hemisferios del cerebro el gigante me atrajo hacia el y me abrazó, fue entonces cuando comprendí todo y sonreí, cerré los ojos y me deje abrazar.
-Aun es un poco pronto para celebrar ¿no crees?. No entiendes las consecuencias de esto. -Dijo S con la expresión mas seria que había visto jamas.
(continuara)...
"In my restless dreams, I see that town. You promised you’d take me there again someday, But you never did. Well I’m alone there now... In our ‘special place’... Waiting for you..."
-Déjame, estoy estudiando, no tengo casi tiempo como para preocuparme por eso ahora.
Se hizo un silencio incomodo, mire alrededor, y quedé cuanto menos sorprendido. No estaba en Skyline, estaba en mi escritorio, sonaba Promise-Reprise en los altavoces y el tic tac del reloj de pulsera colgado del mueble era la ultima prueba irrefutable de que seguía aquí. No quería volver a Skyline, no después de la ultima visita.
2-4-0-2-4 La canción es sublime y todas las notas en forma de tablatura iban apareciendo en mi cabeza. Tarde mucho en aprendérmela - pensé mientras sonreía - quizás debería dedicarle mas tiempo a las cosas que me hacen sonreír.
Cerré los apuntes y me quede mirando al vacío, sin lugar a dudas había sido la voz de S, pero eso no tenia sentido.
Me levante y me acerque a por la guitarra eléctrica con el fin de evadirme un poco y tocar tan maravillosa canción. Pase frente al espejo que hay en la puerta de mi armario, giré la cabeza con el fin de mirarme un poco las ojeras, era tarde y llevaba estudiando horas, mi aspecto debía ser cuanto menos encantador. No encontré ojeras, tampoco mi nariz, mis labios o mis ojos, ninguno de mis rasgos faciales se asemejaba al reflejo del espejo. Me quedé observando durante unos instantes mas el espejo hasta que me di cuenta.
-S... - Dije refiriéndome al reflejo del espejo - Espera, debo estar soñando o algo.
El reflejo se movió y una voz sonó en mi cabeza.
-Creo que tenemos un problema, deberías venir y ver lo que está ocurriendo.
-No es tan fácil, no puedo ir siempre que quiero.
-Eso no es un problema para mi.
El viaje fue fugaz y un tanto violento, S estaba tan ansioso como nervioso, sus actos hablaban por el.
Abrí los ojos y estaba en la sala que deje la ultima vez que deambulé por Skyline. La sala estaba destrozada y no se veía nada mas que columnas esparcidas por el suelo.
-¿Porque me has traído? No lo entie -S me interrumpió.
-Fíjate bien - me dijo girando un poco la cabeza.
Al final de la sala un gigante yacía apoyado en la pared, su palpitación era entrecortada y su aspecto era la viva figura de la podredumbre. Sin embargo aunque estaba magullado por todos lados se notaba su resistencia.
-¿Quien es? No lo recuerdo, ni siquiera creo haberlo visto ant...
Antes de que acabara la frase el gigante acerco su brazo derecho a mi, conforme llegaba intente ponerme en guardia pero mi cuerpo no respondía como yo quería.
La mano del gigante me rozó con suavidad mi hombro y las manos se me fueron irremediablemente al pecho, se me había encogido el corazón y resultaba desconsolador.
La mano izquierda del gigante repitió el proceso y cuando rozo mi otro hombro un escalofrió me recorrió el cuerpo y me empezó a doler la cabeza, y tras una presión enorme en ambos hemisferios del cerebro el gigante me atrajo hacia el y me abrazó, fue entonces cuando comprendí todo y sonreí, cerré los ojos y me deje abrazar.
-Aun es un poco pronto para celebrar ¿no crees?. No entiendes las consecuencias de esto. -Dijo S con la expresión mas seria que había visto jamas.
(continuara)...
"In my restless dreams, I see that town. You promised you’d take me there again someday, But you never did. Well I’m alone there now... In our ‘special place’... Waiting for you..."
domingo, 20 de abril de 2014
Crónicas de Skyline. Prt 3.
Me tumbé en la cama y puse el reproductor de audio al 78% de potencia. Sonreí. Me encantan las casualidades aunque me den miedo. Empece a cantar y poco a poco el gotelé del techo se iba desvaneciendo.
"Mi problema, es que siempre espero el tren pero cuando pasa ya no lo quiero coger, y ni me lleva ni me deja de traer(8)"
Todo estaba oscuro y no se sentía a S por ningún lado.
Las ventanas parecía que querían desencajarse de las paredes, el suelo temblaba y no se veía ni un solo objeto en la habitación aparte de las dos paredes y ventanas a las que alcanzaba mi vista. Skyline se revolvía y en el exterior no había nada que lo estimulase.
S apareció.
-¿Qué haces aquí? No es un buen día, vete. -Su tono era cortante, seco, acusador.
-Ni que yo tuviera control sobre esto - Trate de fulminarle con la mirada...pero solo era una voz en la cabeza - ¿Sabes? Aquí cualquier cosa se puede materializar...lo sabes de sobra, ¿porque no te das un aspecto físico?.
-No quieres eso. Pero eso es lo de menos, en serio, vete. Hoy es el peor día para que vengas.
-Ya he notado los temblores, ¿Que ocurre?.
S me miró, y todo se oscureció durante unos instantes para pasar a una estancia roja inmensa. De repente toda la sala tembló, casi perdí el equilibrio. Andé hacia el interior de la sala y vi lo que allí ocurría.
Era espantoso, dos titanes, uno lleno de cicatrices y magulladuras con un vigor sobrenatural luchaba contra el otro que estaba mucho mas arreglado, sus movimientos eran confusos, como si estuviera borracho pero con una fuerza y resistencia abrumadoras.
En cada choque Skyline se retorcía. Caí.
-Deberías irte y dejar de ver esto. - Su voz ahora era mas dulce.
-¿Desde cuando existe esta sala?. - Dije con la cabeza gacha y casi sin poder articular palabra.- Responde por favor.
S se mostró frente a mi, levante la cabeza y abrí mucho los ojos, sorprendido a la par que asustado. Empece a temblar y el suelo conmigo tras otro choque de los titanes.
-Desde siempre.
S sonrió, era una sonrisa triste y cansada, pero llena de compasión y resistencia.
Me recorrió un escalofrío el cuerpo.
-Lo siento. Lo siento muchísimo.
S se agacho y me dio un abrazo. Todo Skyline se revolvió, ya no era una batalla en dos frente si no en tres. Tuve miedo y todo se desvaneció mientras rompía a llorar sin control.
El gotelé del techo apareció ante mi cuando abrí los ojos ahora cargados de lagrimas.
"Y la espera raya, la maxima idiotez, las ventajas tienden a desaparecer(8)"
Me lleve el antebrazo a los ojos y me quedé alli, tumbado, solo.
El movil vibro a los pocos segundos.
-Que tal?
-Muy bien, y tu que?
¿Que otra cosa iba a decir?...¿Les digo que Skyline va a explotar y que siento que no puedo hacer nada por evitarlo? Nadie va a entenderlo...para variar. Lo peor es que ahora ya no puedo desaparecer.
"Mi problema, es que siempre espero el tren pero cuando pasa ya no lo quiero coger, y ni me lleva ni me deja de traer(8)"
Todo estaba oscuro y no se sentía a S por ningún lado.
Las ventanas parecía que querían desencajarse de las paredes, el suelo temblaba y no se veía ni un solo objeto en la habitación aparte de las dos paredes y ventanas a las que alcanzaba mi vista. Skyline se revolvía y en el exterior no había nada que lo estimulase.
S apareció.
-¿Qué haces aquí? No es un buen día, vete. -Su tono era cortante, seco, acusador.
-Ni que yo tuviera control sobre esto - Trate de fulminarle con la mirada...pero solo era una voz en la cabeza - ¿Sabes? Aquí cualquier cosa se puede materializar...lo sabes de sobra, ¿porque no te das un aspecto físico?.
-No quieres eso. Pero eso es lo de menos, en serio, vete. Hoy es el peor día para que vengas.
-Ya he notado los temblores, ¿Que ocurre?.
S me miró, y todo se oscureció durante unos instantes para pasar a una estancia roja inmensa. De repente toda la sala tembló, casi perdí el equilibrio. Andé hacia el interior de la sala y vi lo que allí ocurría.
Era espantoso, dos titanes, uno lleno de cicatrices y magulladuras con un vigor sobrenatural luchaba contra el otro que estaba mucho mas arreglado, sus movimientos eran confusos, como si estuviera borracho pero con una fuerza y resistencia abrumadoras.
En cada choque Skyline se retorcía. Caí.
-Deberías irte y dejar de ver esto. - Su voz ahora era mas dulce.
-¿Desde cuando existe esta sala?. - Dije con la cabeza gacha y casi sin poder articular palabra.- Responde por favor.
S se mostró frente a mi, levante la cabeza y abrí mucho los ojos, sorprendido a la par que asustado. Empece a temblar y el suelo conmigo tras otro choque de los titanes.
-Desde siempre.
S sonrió, era una sonrisa triste y cansada, pero llena de compasión y resistencia.
Me recorrió un escalofrío el cuerpo.
-Lo siento. Lo siento muchísimo.
S se agacho y me dio un abrazo. Todo Skyline se revolvió, ya no era una batalla en dos frente si no en tres. Tuve miedo y todo se desvaneció mientras rompía a llorar sin control.
El gotelé del techo apareció ante mi cuando abrí los ojos ahora cargados de lagrimas.
"Y la espera raya, la maxima idiotez, las ventajas tienden a desaparecer(8)"
Me lleve el antebrazo a los ojos y me quedé alli, tumbado, solo.
El movil vibro a los pocos segundos.
-Que tal?
-Muy bien, y tu que?
¿Que otra cosa iba a decir?...¿Les digo que Skyline va a explotar y que siento que no puedo hacer nada por evitarlo? Nadie va a entenderlo...para variar. Lo peor es que ahora ya no puedo desaparecer.
domingo, 16 de febrero de 2014
Cronicas de Skyline. Prt.2.
Me desperté sobresaltado y con sudores fríos. Cerré los ojos y desaparecí de mi cuarto.
-Odio que hagas eso - Dije con voz tranquila pero acusadora.
Estaba sentado en un sillón de tres veces el tamaño de un sillón normal con la vista fijada en el fuego que refulgía palpitante unas treinta y cuatro veces por minuto. A mi derecha había una pequeña mesa con una copa rellena de una sustancia embriagadora que nunca se acababa pero tampoco saciaba. La estancia no era demasiado grande pero era mas que acogedora, fuera no se escuchaba nada y todo parecía muy limpio.
-No es culpa mía, vamos a dar un paseo -Su tono me asusto un poco.
Con el tiempo se aprende a no llevarle la contraria a aquello que puede tanto destruirte como invadirte de una enorme paz.
Me levante del sillón y me deje guiar, la sala se oscureció y empece a andar. A la gente le asusta la oscuridad, se sienten intranquilos y muy susceptibles. A mi en cambio me daba paz, me sentía cómodo, al menos en esta oscuridad. Esta oscuridad era total y no sabia hacia donde andaba, solo se trataba de andar, andar y confiar.
La oscuridad desapareció y la nueva estancia se ilumino tenuemente hasta alcanzar una tonalidad fatua.
La sala era inmensa, llena de estanterías que se extendían hasta el infinito. Algunas estaban abarrotadas de cosas y otras estaban parcialmente vacías.
-¿Por que me has traído aquí?. Ya ordene esto hace un tiempo. -Dije intentando que notara mi aburrimiento.
Me condujo hasta una estantería mas grande que las demás, estaba repleto de cosas y parecía que fuera a ceder en cualquier momento. La etiqueta rezaba un nombre que me produjo escalofríos.
-¿No notas nada? Esto no debería ser así. -Su tono era esclarecedor.
S no tenia la culpa de mis pesadillas, las tenia yo. Había sobrecargado una estantería... la estantería mas importante de todas y esta no paraba de quejarse. Nada de lo que había en esta estantería pertenecía a esta.
Llena de mascaras y delirios, de ilusiones de oasis.
La mire de arriba a abajo.
-Échame una mano por favor.
-Normalmente prefieres hacerlo por ti mismo. -Dijo S sorprendido.
-No voy a ser capaz solo.
Cerré los ojos y cuando los abrí la estantería estaba impoluta, no quedaba nada. La mire y una pena inmensa se apodero de mi. Casi no podía respirar y parecía que tuviera una bola de billar en la garganta. S se quedo en silencio y las luces se apagaron totalmente. Me puse en camino, caminando a oscuras y con la vista perdida en el vacío. Sabia que S estaba ahí y sin embargo no decía nada, solo silencio. S me conocía mejor que nadie. Mejor que yo mismo. Dulce contrariedad.
Rompí el silencio.
-No ha sido el mejor día para hacer esto.
-¿Acaso hay algún día bueno para hacerlo?
Sonreí. Era una sonrisa triste, pero seguía siendo una sonrisa. Las sonrisas siempre son bonitas.
Llegamos a la primera sala y me volví a sentar en el sillón, el fuego parecía débil aunque palpitaba demasiado rápido y no daba demasiado calor.
S me miró y sabia lo que pensaba.
-Algún día daremos una fiesta, algún día llenaran esa estantería bien llenada -Dijo despreocupado.
El fuego se avivó un poco pero seguía demasiado activo.
-Necesito unas vacaciones.
Todo se desvaneció y volví a la oscuridad de mi cuarto. Esta oscuridad no era agradable. Me metí bajo el edredón y me encogí todo lo que pude. Las horas pasaron lentas pero pasaron.
Días.
-Odio que hagas eso - Dije con voz tranquila pero acusadora.
Estaba sentado en un sillón de tres veces el tamaño de un sillón normal con la vista fijada en el fuego que refulgía palpitante unas treinta y cuatro veces por minuto. A mi derecha había una pequeña mesa con una copa rellena de una sustancia embriagadora que nunca se acababa pero tampoco saciaba. La estancia no era demasiado grande pero era mas que acogedora, fuera no se escuchaba nada y todo parecía muy limpio.
-No es culpa mía, vamos a dar un paseo -Su tono me asusto un poco.
Con el tiempo se aprende a no llevarle la contraria a aquello que puede tanto destruirte como invadirte de una enorme paz.
Me levante del sillón y me deje guiar, la sala se oscureció y empece a andar. A la gente le asusta la oscuridad, se sienten intranquilos y muy susceptibles. A mi en cambio me daba paz, me sentía cómodo, al menos en esta oscuridad. Esta oscuridad era total y no sabia hacia donde andaba, solo se trataba de andar, andar y confiar.
La oscuridad desapareció y la nueva estancia se ilumino tenuemente hasta alcanzar una tonalidad fatua.
La sala era inmensa, llena de estanterías que se extendían hasta el infinito. Algunas estaban abarrotadas de cosas y otras estaban parcialmente vacías.
-¿Por que me has traído aquí?. Ya ordene esto hace un tiempo. -Dije intentando que notara mi aburrimiento.
Me condujo hasta una estantería mas grande que las demás, estaba repleto de cosas y parecía que fuera a ceder en cualquier momento. La etiqueta rezaba un nombre que me produjo escalofríos.
-¿No notas nada? Esto no debería ser así. -Su tono era esclarecedor.
S no tenia la culpa de mis pesadillas, las tenia yo. Había sobrecargado una estantería... la estantería mas importante de todas y esta no paraba de quejarse. Nada de lo que había en esta estantería pertenecía a esta.
Llena de mascaras y delirios, de ilusiones de oasis.
La mire de arriba a abajo.
-Échame una mano por favor.
-Normalmente prefieres hacerlo por ti mismo. -Dijo S sorprendido.
-No voy a ser capaz solo.
Cerré los ojos y cuando los abrí la estantería estaba impoluta, no quedaba nada. La mire y una pena inmensa se apodero de mi. Casi no podía respirar y parecía que tuviera una bola de billar en la garganta. S se quedo en silencio y las luces se apagaron totalmente. Me puse en camino, caminando a oscuras y con la vista perdida en el vacío. Sabia que S estaba ahí y sin embargo no decía nada, solo silencio. S me conocía mejor que nadie. Mejor que yo mismo. Dulce contrariedad.
Rompí el silencio.
-No ha sido el mejor día para hacer esto.
-¿Acaso hay algún día bueno para hacerlo?
Sonreí. Era una sonrisa triste, pero seguía siendo una sonrisa. Las sonrisas siempre son bonitas.
Llegamos a la primera sala y me volví a sentar en el sillón, el fuego parecía débil aunque palpitaba demasiado rápido y no daba demasiado calor.
S me miró y sabia lo que pensaba.
-Algún día daremos una fiesta, algún día llenaran esa estantería bien llenada -Dijo despreocupado.
El fuego se avivó un poco pero seguía demasiado activo.
-Necesito unas vacaciones.
Todo se desvaneció y volví a la oscuridad de mi cuarto. Esta oscuridad no era agradable. Me metí bajo el edredón y me encogí todo lo que pude. Las horas pasaron lentas pero pasaron.
Días.
sábado, 8 de febrero de 2014
Crónicas de Skyline. Prt 1.
Y entonces ocurrió, fue como una explosión de recuerdos, una hecatombe mental donde el mundo desaparece para una vez mas ir a Skyline. Llegué allí y no me gustaba la organización de las cajas, nada estaba donde debía estar aunque claramente lo ordene hasta hace solo unas semanas, pero es que las visitas son tan escasas y el mundo tan cambiante que me da miedo mi estático latido. Las estanterías estaban llenas de polvo y las etiquetas no pertenecían al contenido de los recipientes. Me senté en mi trono invisible y contemple con asco toda la estancia, las estanterías tan oscuras como estropeadas, lamparas apagándose y encendiéndose por el baja manutención que le estaba ofreciendo. Me sentía culpable. Me levanté y comencé a andar sin rumbo. La madera del suelo se resquebrajaba a cada paso como quejándose de mi continua ausencia. Las imágenes campaban a sus anchas como si del viento se tratase, danzaban a mi alrededor y desaparecían para que llegaran otras sustituyéndolas repitiendo el proceso una y otra vez. Me quede quieto con la mirada cansada viendo como pasaban unas y otras sin mi control. Es absurdo pensar que algo ahí no estaba bajo mi control, es un claro lamento de Skyline y a la vez una amenaza constante.
-Me necesitas tanto como yo te necesito a ti, no dejes que me pudra y me derrumbe o las consecuencias serán nefastas...y lo sabes -La voz resonaba en mi cabeza como si me estuvieran susurrando al oído.
Las ventanas temblaban y se quejaban con cada golpe de viento.
Fuera había tormenta. El mundo exterior me reclamaba pero estaba muy lejos de allí, solo esperaba que no me estuviera hablando alguien importante o hubiera pasado nada malo. Realmente daba igual. Allí el tiempo se ralentizaba y todo deja de importar. Siempre la misma historia, es complicado llegar a Skyline, y cuando llego siempre hay tormenta fuera.
Solo una vez no hubo tormenta pero fue un día importante pues hubo visita. Nadie debía estar allí, nadie PODÍA estar allí, y sin embargo allí apareció. Me quede perplejo, abrumado y quería desaparecer. Solo yo podía estar allí, era como si estuviera desnudo ante el mayor critico del mundo. Solo quería correr y escapar, pero Skyline no me dejaba, al igual que no se quejaba porque hubiera alguien. Era absurdo, no se de que me extrañaba, todo siempre era tan absurdo como perfecto. Lo acepté y tanto Skyline como yo admitimos nuestro error mas adelante.
Continué andando y salí de mis pensamientos, mi ojos miraban cansados y la iluminación cada vez era mas tenue, las imágenes desaparecieron y fueron a jugar a otra parte, parece que ya se habían cansado de torturarme... o eso pensé.
Seguía caminando y a cada paso la oscuridad se hacia mas palpable, pronto fue tan densa que no sabia ni donde estaba cuando de repente todo se iluminó. Miré con miedo a mi alrededor y conforme fui reconociendo donde estaba unos sudores fríos se apoderaron de mi y los temblores se manifestaron en mi torso.
Y allí me encontraba, de pie enfrente de una puerta vulgarmente gigante con un letrero que rezaba, NO PASAR!. Sabia lo que había tras esa puerta, allí escondí algo que nunca debía salir, pero la puerta estaba muy desgastada, y reflujos del contenido de la sala salían poco a poco abrumándome.
-Algún día debes enfrentarte a lo que hay dentro. -La voz sonaba paterna pero fria.
-Hoy no. -Conteste tan tajante como mis temblores me permitieron.
-Te va a pasar factura. -Ahora la voz no sonaba paterna si no mas bien fraternal y comprensiva.
-Me estoy empezando a acostumbrar al miedo de las pesadillas. -Mentí.
Me senté delante de la puerta absorbiendo esos reflujos y volví a introducirlos dentro. Repare la puerta todo lo bien que pude pero quede exhausto. Estaba desgastado, cada vez me sentía mas cansado y era como si de repente tuviera 80 años.
Volví por donde había venido sin tratar de perderme y recordándome a cada paso que debía alejarme de allí, que tenia que volver a mi trono y descansar.
Después de lo que me parecieron horas de sudor y agotamiento llegue a la sala principal, la tormenta parecía que fuera a arrancar las ventanas de cuajo. Sabia lo que eso significaba, era hora de volver. Hice un mantenimiento rápido de la estancia y me desplomé sobre mi trono.
Abrí los ojos y solo tenia ganas de llorar, todo fuera seguía igual, la gente seguía cantando y aunque estaba acompañado me sentía jodidamente solo. Nadie podría jamas comprender mis viajes y lo cansado que podía llegar a sentirme.
Me miró y sonrió.
-¿Todo bien cariño? - Dijo con una sonrisa preocupada en su rostro.
-Todo bien.
Y mi vista se fijo en el infinito, buscando la escalera para volver a Skyline sin ningún resultado.
-Me necesitas tanto como yo te necesito a ti, no dejes que me pudra y me derrumbe o las consecuencias serán nefastas...y lo sabes -La voz resonaba en mi cabeza como si me estuvieran susurrando al oído.
Las ventanas temblaban y se quejaban con cada golpe de viento.
Fuera había tormenta. El mundo exterior me reclamaba pero estaba muy lejos de allí, solo esperaba que no me estuviera hablando alguien importante o hubiera pasado nada malo. Realmente daba igual. Allí el tiempo se ralentizaba y todo deja de importar. Siempre la misma historia, es complicado llegar a Skyline, y cuando llego siempre hay tormenta fuera.
Solo una vez no hubo tormenta pero fue un día importante pues hubo visita. Nadie debía estar allí, nadie PODÍA estar allí, y sin embargo allí apareció. Me quede perplejo, abrumado y quería desaparecer. Solo yo podía estar allí, era como si estuviera desnudo ante el mayor critico del mundo. Solo quería correr y escapar, pero Skyline no me dejaba, al igual que no se quejaba porque hubiera alguien. Era absurdo, no se de que me extrañaba, todo siempre era tan absurdo como perfecto. Lo acepté y tanto Skyline como yo admitimos nuestro error mas adelante.
Continué andando y salí de mis pensamientos, mi ojos miraban cansados y la iluminación cada vez era mas tenue, las imágenes desaparecieron y fueron a jugar a otra parte, parece que ya se habían cansado de torturarme... o eso pensé.
Seguía caminando y a cada paso la oscuridad se hacia mas palpable, pronto fue tan densa que no sabia ni donde estaba cuando de repente todo se iluminó. Miré con miedo a mi alrededor y conforme fui reconociendo donde estaba unos sudores fríos se apoderaron de mi y los temblores se manifestaron en mi torso.
Y allí me encontraba, de pie enfrente de una puerta vulgarmente gigante con un letrero que rezaba, NO PASAR!. Sabia lo que había tras esa puerta, allí escondí algo que nunca debía salir, pero la puerta estaba muy desgastada, y reflujos del contenido de la sala salían poco a poco abrumándome.
-Algún día debes enfrentarte a lo que hay dentro. -La voz sonaba paterna pero fria.
-Hoy no. -Conteste tan tajante como mis temblores me permitieron.
-Te va a pasar factura. -Ahora la voz no sonaba paterna si no mas bien fraternal y comprensiva.
-Me estoy empezando a acostumbrar al miedo de las pesadillas. -Mentí.
Me senté delante de la puerta absorbiendo esos reflujos y volví a introducirlos dentro. Repare la puerta todo lo bien que pude pero quede exhausto. Estaba desgastado, cada vez me sentía mas cansado y era como si de repente tuviera 80 años.
Volví por donde había venido sin tratar de perderme y recordándome a cada paso que debía alejarme de allí, que tenia que volver a mi trono y descansar.
Después de lo que me parecieron horas de sudor y agotamiento llegue a la sala principal, la tormenta parecía que fuera a arrancar las ventanas de cuajo. Sabia lo que eso significaba, era hora de volver. Hice un mantenimiento rápido de la estancia y me desplomé sobre mi trono.
Abrí los ojos y solo tenia ganas de llorar, todo fuera seguía igual, la gente seguía cantando y aunque estaba acompañado me sentía jodidamente solo. Nadie podría jamas comprender mis viajes y lo cansado que podía llegar a sentirme.
Me miró y sonrió.
-¿Todo bien cariño? - Dijo con una sonrisa preocupada en su rostro.
-Todo bien.
Y mi vista se fijo en el infinito, buscando la escalera para volver a Skyline sin ningún resultado.
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